Mario Leiva: «La situación de las economías regionales es un fracaso de la clase política que paradójicamente se resuelve desde la política»
Se reflejan dos situaciones específicas sobre las que trabajar para mejorar la actual situación de las economías regionales. Por un lado, la conformación de mercados institucionalizados para la producción, que regulen las transacciones comerciales de la producción primaria y la industria. Y por otro lado, la necesidad de trabajar las tarifas de riego agrícola y el acceso a créditos blandos.
(Por Sociedad Rural del Valle de Uco)
Todos los pronósticos sobre las realidades de las diversas economías regionales se relacionan por sus caracterizaciones generales. Y la solución llegará cuando Argentina surja, cuando logré el equilibrio fiscal, más inversión, tasas adecuadas al crecimiento, y la vinculación definitiva de la investigación al desarrollo de la producción. De lo contrario no habrá cambio.
Pero a este crecimiento genuino no se llega de un día para el otro. Y se debe subrayar que en este escenario tan volátil, la situación de muchos productores se define en el día a día; su permanencia, en su actividad y en su territorio que es la finca, es sumamente inestable. Y mientras tanto, nuestros representantes, tienen que definir el rumbo y decidir si seguimos con la concentración económica o tratamos de ayudar a nuestros pequeños y medianos productores.
En Mendoza, como en otras economías regionales, principalmente necesitamos que el intercambio comercial entre el productor primario y la industria deje de ser un «te entrego, pagame cuando quieras y al precio que quieras». Si no le damos un marco institucional transparente que ubique a las dos partes bajo un precio justo, no hay salida.
El precio es el punto de partida que organiza la actividad.
En Mendoza se sancionó una Ley que aún no está reglamentada, y en relación a lo expuesto anteriomente pero con el caso de la uva: en la transacción de compra y venta debe quedar establecido el precio y forma de pago de la industria al productor.
Apenas comenzó a gestarse referenciada Ley, rápidamente reaccionó el sector bodeguero mendocino. Actualmente, este sector industrial ha anticipado desde su posición dominante que este año van a recibir menos uva. Y no sólo eso, sino que también a menor precio que la temporada anterior ( la cual han pagado con cheques hasta abril del 2019).
Son partes de estos anuncios, el grupo Peñaflor -principal socio de Bodegas Argentinas- y FECOVITA, en el otro extremo ya le bajó el precio del vino a sus socios.
Por otro lado, en la industria del ajo, sucede el mismo libreto: pagaron cinco centavos de dólar menos el kg de ajo en verde. Es decir se pagó 10 centavos, en lugar de 15 centavos, pudiendo pagar lo que se solicitaba.
Con el tomate y el Durazno de industria estimamos que pasará lo mismo. Y estos dos casos, los expongo juntos porque abastecen la demanda interna y a veces no en su totalidad. Y sin embargo el cambio hoy no favorece la importación pero la industria ya habla de precio en baja.
Si el producto se exporta se ajusta sobre el productor: la retención, el pago de las campañas sanitarias, la quita de los reintegro, etc. Y si éste producto es para consumo interno, el costo argentino de la industria recae en el productor.
Creo que no hace falta la inversión extranjera para generar precio de referencia; o para organizar mercados institucionales no hace falta el riesgo país. Sólo necesitamos y hace falta que se aplique el Código Civil y Comercial, artículos 10, 11, y 12, los cuales se refieren y ponen límites a la posición dominante
Pero para modificar esto hay que trabajar realmente. Sucede que para la clase política es más fácil hablar de cambio de matriz productiva y promocionar la minería que contamina. De esta manera lograrán que Estado recaude más rápido para el gasto de la política, poniendo en riego a su recurso estratégico más importante: el agua, que a su vez es escasa.
Por otro lado, hay que resolver en forma urgente el tema de tarifas de riego agrícola, como así también el acceso a créditos blandos para energía renovable, ya que las tasas actuales son imposibles de acceder.
En definitiva, son dos salidas: o seguimos concentrando la economía o damos un giro para que el productor primario de nuestras economías regionales pueda ser competitivo y gane a través de un precio justo de sus productos.
Es decir, que la producción primaria de las regiones tenga una relación sustentable con la industria, teniendo en cuenta que el cuidado del ambiente se cristaliza en la calidad de nuestros productos