El aire de las vacaciones se acerca a nosotros. Tiempo de dejar las mochilas, las rutinas y el día a día, armar valijas y emprender viaje. Al estar lejos de la familia parada obligatoria es la casa de los abuelos. Llegaremos a Rosario para pasar las fiestas. Actividad asignada desde el inicio. El plan tan esperado por mis hijas, reúne a la familia en momentos especiales.
Las casa cada una con sus desigualdades elijen el menú. Es el tiempo en el que voy de visita. Yo no cocino. Entre las rutinas acotadas por mi llegada casa uno dispone el menú. Siempre abundante. Las noches durante la cena son interminables los banquetes a los que nos presentamos. Dando por sentado que el día después no solo vendrá lo que sobro. Siempre habrá algo nuevo para comer.
Yo nunca arme un menú de fiestas, son pocas las veces que pasamos solos en casa, por diversas razones, pero no creí necesario dicha festín gastronómico. No lo considero malo, es que al ser 2 grandes con 2 pequeñas las noches llegaban a durar no más de las 10 pm, si solo si los regalos llegaban a destiempo y gozaban de ellos antes de medianoche.
Hace muy poco me preguntaron ¿cuál era el olor o sabor de la infancia que representara a las fiestas? Y tal vez no creí tener uno característico. Pero como lo que me rememora a las fechas son las vueltas a la casa de mamá, creí encontrar el sabor y ese olor en lo que más me gustaba. De inmediato lo descubrí, el tomate con orégano y aceite era mi plato gourmet favorito. Tan simple como un tomate cortado por el centro con orégano esparcido y decorado con aceite por encima.
Mamá es una gran cocinera, ese no sería el problema, su dificultad para enfrentarse a la cocina era que porsu horario de trabajo se le hacía imposible demostrar su destreza. En esas fechas la temperatura en Rosario llega a ser muy alta por lo que hasta un tomate llega a ser refrescante.
El tomate, producto noble y siempre presente en nuestra dieta, la variabilidad de sus precios se ha encargado de demonizarlo. Pero es un producto que gracias a las diferentes regiones de nuestro país se puede conseguir en casi todo el año. En la casa de papá hasta tuvieron el intento de cultivo en el jardín. El crecimiento del fruto es algo que no deja de asombrarme, la coloración, su punto de madures, es producto de una naturaleza viva.
Traerlo a este menú de navidad es arraigar mi infancia en mi ciudad. En mi casa con mi familia. Hoy prepare como una entrada Tarta de tomate especiado.
Necesitas:
- 2 ½ tazas de harina 0000
- ½ taza de aceite neutro
- ½ taza de agua o leche fría
- Sal, pimienta, orégano y ají molido
- 200gr Queso duro
- 1 ctda. de pan rallado
- 1 cebolla
- ¼ de morrón rojo
- Tomates redondo
Procedimiento:
Preparar la masa con la harina, el aceite el agua, la sal y los demás condimentos. Vas a tener que amasar hasta que este lisa. Dejar descansar por 30 minutos en heladera. Estirar y forrar un molde de tarta. Para el relleno colocar en un bowl el queso rallado junto con el pan rallado, las verduras rehogadas y condimentar con sal pimienta y orégano. Cortar los tomates por la mitad y disponer el relleno sobre la masa cruda poner los tomates con cascaras y semillas por el centro y decorar con trozos por los costados que falte. Llevar a horno por 35 minutos o hasta que la masa este cocida. Servir tibio acompañado de una ensalada y rociar por encima acetto balsámico.
Es muy fácil y rico y te cuento que si lo preparas así en forma de tarta con una ensalada podrás derrocar la entrada de picadas llenadoras que da el comienzo a esos festines que nos tienen acostumbrados.