Los precios de la leche a tranquera de tambo aumentaron mucho más que la inflación. Según los datos que publica la Secretaria de Agroindustria, entre enero y octubre el aumento había sido de 49% y así el valor promedio cobrado por el productor llegaba a 8,42 pesos. Y según estimaciones privadas, la suba de la leche en lo que va del año llega al 60%, de acuerdo a los cálculos de la consultora DairyLando.
Cualquier festejaría: en este escenario económico, tener mejoras de ese nivel, que superan a una inflación acumulada del 45%, debería ser tocar el cielo con las manos. Pero festejar no es posible, porque en la lechería los costos también se fueron a las nubes.
Según DairyLando, insumos como el gasoil aumenton 80%, mientras que el alimento para las vacas (maíz y soja) lo hizo cerca del 100%, en la misma línea que el dólar por tratarse de commoditties que copian lo que pasa con la divisas. Otro insumos, algunos de ellos veterinarios como la vacuna contra la aftosa, aumentaron 125%. Y los fertilizantes como el fosfato diamónico subió 140%.
Un informe del OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea), confirma que con los números de octubre “el precio de la leche al productor estuvo por encima de la inflación pero por debajo del incremento de los costos”. Para este Observatorio, los precios de la leche subieron 49,7% entre octubre de 2017 y ese mismo mes de este año, pero los costos de producción de ese mismo litro de leche se incrementaron 70,3%, descolocando todavía más a los productores.
“Además la devaluación llevó el precio al productor medido en dólares de 0,329 dólares por litro en octubre de 2017 a 0,231 dólares en octubre de 2018”, explica el OCLA. El retroceso fue de 29,6%.
En este contexto, la fuerte suba de los precios de la leche no asegura todavía a los tamberos un equilibrio y mucho menos la rentabilidad de su actividad. La productora Andrea Passerini dijo que “seguimos cobrando menos que los costos, estamos entre 1,5 y 2 pesos atrás”. Además se quejó por la falta de un mercado institucionalizado, algo que hace años reclama el sector.
En la última reunión de la mesa de competitividad lechera, los funcionarios de Agroindustria presentaron al sector privado un mercado de futuros con el que esperan lograr una referencia de precios y dar así un horizonte de previsibilidad a los productores. Pero no resulta nada fácil poner en funcionamiento semejante iniciativa, más cuando todavía no hay un mercado disponible por la leche.
En este sector, como en tantos otros, no hay un mercado institucionalizado, no hay compra-venta de leche sino entrega de la producción que luego es analizada por las industrias en sus laboratorios y semanas después se comunica el valor y el plazo de pago de la mercadería. Eso es uno de los reclamos que tienen los productores, entre tantos otros, y que no encontraron respuestas en las reunión que mantuvieron durante el año con los funcionarios nacionales y que tendría un nuevo capítulo antes de fin de año si la agenda presidencial lo permite.