Historia, Cultura y Elegancia
(Por Cecilia Lastiri)
Con su prolijo trazado urbano, construcciones bajas, variedad de estilos arquitectónicos y sus numerosos parques y jardines, la capital estadounidense invita a conocer algunos de los edificios y monumentos más representativos de la historia del país, además de muy interesantes museos y elegantes barrios.
Caminar entre los principales edificios y monumentos de Washington DC remite a numerosos episodios históricos, culturales y, también, cinematográficos.
A medida que se avanza en el recorrido se van reconociendo algunos edificios y grandes estatuas que uno ha visto una buena cantidad de veces en la televisión o el cine y de los que ahora, a través del guía turístico o de la información recogida, se tiene una noción más precisa.
El sobrio trazado urbano de la capital estadounidense data de 1800 y es obra del arquitecto francés Pierre L’Enfant. Se caracteriza por sus construcciones bajas, el imperante estilo neoclásico y una gran cantidad de espacios verdes, fisonomía concebida para que se luzcan los edificios del Estado y los monumentos. Es por eso que prácticamente no tiene rascacielos.
EL CAPITOLIO Y LOS MUSEOS.
El sitio indicado para comenzar el recorrido por la ciudad es el Capitolio. De dos fachadas, ostenta una enorme cúpula que se eleva hasta los 93 m., incluyendo su remate: la Estatua de la Libertad. Del cuerpo central salen dos alas, una ocupada por el Senado y otra por el Congreso de diputados.
Asimismo, el Capitolio forma parte de la gran área de visita obligada en la capital estadounidense: la National Mall (conocida popularmente como The Mall), que se extiende desde este mismo edificio en un extremo, hasta el río Potomac, en el otro. Se trata de una zona muy prolija, con numerosas zonas verdes y amplias veredas para caminar tranquilamente.
En dicha zona despuntan destacados edificios y monumentos, como la Biblioteca del Congreso, creada en 1800 e incendiada en 1814, por lo que Tomas Jefferson procuró compensar la pérdida donando su biblioteca personal, compuesta por 6.000 libros. Hoy alberga más de 95 millones de ejemplares y en ella se destaca su sala de lectura, de varios pisos, dispuesta en forma circular.
También sobresalen los edificios de oficinas estatales de diversas áreas: Educación, Servicios Sociales, Energía, NASA y Agricultura, entre otros.
Hacia los laterales de The Mall se encuentran los museos Smithsonianos, entre los que figuran el Museo Nacional de Historia Natural, el Museo de Historia Americana y el Museo Nacional del Aire y el Espacio. En este último, además de múltiples exhibiciones audiovisuales se puede apreciar un avión de principios del siglo XX, perteneciente a los hermanos Wright, pioneros de la industria de la aviación; y hasta observar y tocar la única roca lunar expuesta en nuestro planeta, proveniente de la misión Apolo.
Asimismo, el Instituto Smithsoniano inauguró en septiembre del año pasado el tan esperado Museo Nacional de Arte y Cultura Afroamericana, edificio de admirable arquitectura y único museo dedicado exclusivamente a la vida, el arte, la historia y la cultura de la población afroamericana.
También se puede visitar la Galería de Arte Nacional, que alberga una rica colección de obras de reconocidos artistas.
RECORRIENDO LA HISTORIA.
En tanto, en la intersección de los ejes norte y sur de The Mall se encuentra el Washington Memorial, el obelisco de 183 m. de altura que honra la memoria de dicho presidente.
Cerca de allí, hacia el norte, está la Elipse, un sector que contiene la milla 0 y que alberga el Census Clock, un dispositivo que indica el número de habitantes de la ciudad.
Desde ahí se puede observar la mítica Casa Blanca, sede oficial y residencia del jefe de Estado desde hace dos siglos. Está rodeada por un gran parque y pueden visitarse sus salas de Estado, aunque realizando la reserva con bastante antelación.
Por su parte, la Plaza Lafayette rinde homenaje al compañero de armas de George Washington durante la Guerra de la Independencia.
También es posible conocer el Korean Memorial o Monumento Conmemorativo a los Veteranos de la Guerra de Corea. La obra está dividida en tres partes: la pared de las Naciones Unidas, la piscina del recuerdo, y un llamativo y conmovedor conjunto de 19 estatuas de soldados.
Hacia el otro extremo del gran obelisco está el Lincoln Memorial, un gran monumento de estilo neoclásico que recuerda a quien defendió la Unión de los Estados y promulgó la libertad de los negros en 1862. Tiene una gran escalinata coronada por una enorme estatua de Abraham Lincoln, sobre un pedestal, y sus 36 columnas simbolizan que, al momento de su muerte, Estados Unidos estaba compuesto por 36 estados.
Allí mismo, el 28 de agosto de 1963, durante la Marcha por el trabajo y la libertad, Martin Luther King pronunció su famosa frase: “I have a dream…” (“yo tengo un sueño…”), con la que expresó su profundo deseo de un futuro en el cual negros y blancos pudieran coexistir armoniosamente.
Además, The Mall fue testigo de muchas protestas y manifestaciones, como la del 21 de octubre de 1967, en la cual 100 mil personas se pronunciaron contra la guerra de Vietnam frente al monumento a Lincoln, y más tarde al menos unas 50 mil rodearon el Pentágono, aunque fueron reprimidas, acontecimiento muy bien detallado por Norman Mailer en su conocida novela “Los ejércitos de la Noche”.
Cada 4 de julio se celebra allí el Día de la Independencia con un castillo de fuegos artificiales.
MEMORIALS Y ATRACTIVOS BARRIOS.
El parque que se encuentra en los alrededores del Lincoln Memorial alberga el Monumento a los Caídos en Vietnam. Allí, en un muro de mármol están nominados todos los muertos y desaparecidos entre 1959 y 1975, y ostenta un grupo escultórico con tres soldados (uno blanco, uno negro y uno mestizo) bajo la bandera de la Unión, simbolizando el crisol de razas que luchó en la guerra.
Hacia el sur se encuentra el enorme y bello Estanque de las Mareas, un espejo de agua rodeado de cerezos de Japón donde se erige el Jefferson Memorial, construido en 1943 en memoria del autor de la declaración de la independencia y presidente del país.
Finalmente, junto al Potomac sobresalen otros tres sitios de interés: el JFK Center, un destacado centro cultural; el recordado –de forma tan particular– edificio Watergate; y Georgetown, un elegante barrio con propuestas gastronómicas de primer nivel, locales de compras y opciones de esparcimiento, entre ellas salidas en kayac y navegaciones por el río.
Otro distrito interesante, fuera del “circuito histórico-político”, es el denominado U Street Corridor, situado en el nordeste de la ciudad. Se caracteriza por la gran cantidad de restaurantes, tiendas, clubes nocturnos, galerías de arte y locales de música en vivo. Uno de los sitios emblemáticos de la zona es el Lincoln Theatre, puntualmente ubicado en el área que se llamó «Washington’s Black Broadway», y que sirvió para que la comunidad afroamericana se concentrara cuando en la época de la segregación no les era permitido ingresar o moverse por otros lugares de la urbe. Por el escenario del teatro pasaron los más grandes exponentes del jazz, incluido el gran Duke Ellington, nacido en Washington.
DEL OTRO LADO DEL POTOMAC.
Cruzando el Potomac, ya en el estado de Virginia, se encuentran otros dos sitios fundamentales para conocer: el Cementerio Nacional de Arlington y el famoso Pentágono.
El primero está emplazado en tierras que pertenecieron a Robert E. Lee, comandante de las tropas confederadas. Allí yacen los restos de personalidades como J.F. Kennedy, su esposa y su hermano Robert; y Martin Luther King, además del ya mencionado Pierre L`Enfant.
El Pentágono, en tanto, es un barrio que cuenta con diversas opciones gastronómicas y de esparcimiento, además de albergar el edificio de cinco ángulos que concentra el aparato administrativo del Ministerio de Defensa, y que simboliza la fuerza del poder militar del país.
Volviendo al centro, y ya como para completar la estadía en la metrópoli, una opción es conocer la sede del FBI, el edificio J. Edgar Hoover, en la avenida Pennsylvania. Durante la visita guiada, disponible de lunes a viernes, se pueden apreciar exhibiciones, armas y drogas, y todo tipo de objetos ilegales confiscados por una de las agencias más conocidas del mundo. Entre las atracciones se destacan los tesoros de famosos gansters.
Para concluir la jornada, nada mejor que sentarse en las escalinatas frente al Potomac y contemplar el atardecer a cielo abierto, mientras helicópteros y aviones oficiales continúan surcando el aire y perdiéndose en el horizonte.
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