Nicanor Crotto, el destacado platero local, estuvo un año más en la Exposición Rural. El mate con forma de tero se llevó los elogios. Lo que viene para cerrar su trilogía de mates con formas de animales camperos.
(Por Juan Manuel Jara)
Aproximadamente dos días le toma a Nicanor Crotto re-adaptarse a la vida nuevejuliense después de la Exposición Rural de Palermo, en Buenos Aires. Una suerte de jet-lag citadino- campero. Ya son varios los años en que el joven platero participa de la tradicional muestra del campo en la ciudad, exponiendo algunos de los objetos, obras de artes, sin dudas, que marcan el estilo que lo caracteriza, el denominado “pampa”, que es una platería lisa, sencilla, pero con mucha personalidad, auténtica, de líneas simples y símbolos. Si bien aclara que “me gusta ir explorando otros estilos, otras técnicas. Uno las quiere dominar para crecer. Pero el estilo Pampa es el que me identifica, es con el que empecé”.
SE: ¿Cómo estuvo Palermo?
NC: Estuvo bueno, pensé que iba a estar flojo, hubo mucha gente. La única crítica es que nuestro lugar, una suerte de isla donde veníamos estando cuatro artesanos en los últimos años, esta vez fue vendida a la empresa Bosch y nos corrieron para el fondo. Lo que creo que con los años terminará siendo una muestra de maquinaria.
SE: ¿Con que piezas fuiste?
NC: Poco en cantidad, pero mucho en calidad. Llevé el tero, una rastra de cuero, un juego de espuelas, mates, bombillas, un cuchillo hecho de marfil reconstruido, y algunas piezas más chicas.
Cuando menciona al tero, se refiere a la fase dos de una trilogía que está pronta a completarse. Primero fue la mulita. Después llegó el tero, y en poco tiempo mas, una lechuza completará la trilogía de mates artesanales con formas de animales camperos.
Aquella mulita fue un trabajo de precisión y esmero para adaptar y hacer funcional la forma del animal como contenedor del mate. Pero la idea de hacer lo mismo, pero con un tero, surgió de una gente que nada que ver con carruajes. El primero lo pidió una gente vinculada con carruajes. Después un brasilero lo vio terminado y quiso el suyo, así que Nicanor hizo ambos con algunos detalles que los diferencian.
Los trabajos de Nicanor se destacan porque no solo son piezas únicas, sino que tiene el estilo pampa, su toque personal, sello de identidad y valor del artista. Y el tero/mate fue la pieza de resistencia de su presencia en Palermo estos años. Nadie mejor que el mismo Nicanor para describir la pieza con sus palabras: “Las patas y la parte de abajo del pecho sirven de base para el mate, y las alas y la cabeza lo recubren. Para el que no sabe, es una escultura, no un mate. La bombilla va aparte como un palenque, con dos teros en miniatura”.
SE: ¿Cuánto te llevó?
NC: De trabajo de construcción, mes y medio. Pero si le sumás la idea, el desarrollo y los bocetos le tenés que sumar un mes más. De la mulita hice ocho piezas, del tero dos. La lechuza está en proceso. Es un trabajo que tiene períodos. El metal vale, pero la mano de obra es el verdadero valor, son piezas únicas.
Ya de por sí, cada pieza le demanda un tiempo importante. Y Nicanor se reconoce como “un poco desorganizado” y encima le cuesta bajar las ideas, bocetarlas. Trabajos como los mates en forma de animales si bien son únicos, le quitan tiempo para crear cosas nuevas.
SE: ¿Estas piezas de animales tienen algún otro elemento?
NC: La plata pura no se usa así, se mezcla con cobre para que sea más resistente. Algunos me decían que estaba loco porque al ser platero la gente compra cosas con plata, pero al tero le hice las patas y el pico de cobre, que no es un metal precioso, pero por una cuestión estética la elegí y me gustó, la pegué. Me piden oro a veces en algunas partes, 18 quilates o puro, es un detalle.
En su página de Facebook “Platero pampa” se puede apreciar su catálogo. Nicanor es un joven talento de un oficio poco común en gente joven, con una historia familiar que aprovechó para desarrollarlo. Cuenta que “hay pocos plateros jóvenes, quince, no más de veinte si los esparcís en todo el país, salvo en Areco donde están amontonados, pero en los pueblos hay uno o directamente no hay”.
SE: ¿Dónde se puede aprender el oficio?
NC: El oficio se aprende en Olavarría, que está Armando Ferreira, no es lo que me gusta pero es una eminencia en un estilo que es más cargado y tiene su escuela que salen con ese estilo. En Buenos Aires está otra, la Raggio. A mucha gente se le complica conseguir clientes y a mitad de la carrera se pone a enseñar, aunque no lo sepan bien, pero es una manera de ganarse unos pesos. A mí me enseñó un poco mi tío, soy autodidacta e hice cursos de perfeccionamiento en Capital. Quiero aprender más cosas, más tarde podré enseñar.
La deuda es su presencia en la rural de 9 de julio, la idea es quizás llevar el taller y es lindo ver la forma en que hacés el trabajo, así la gente se entera y conoce como es el oficio.
SE: ¿Qué te deja el participar de una expo como Palermo?
NC: No soy de ir a las expo. Ahora me invitaron al Congreso Gaucho, en octubre. Como artesano estás metido ocho horas diarias y ya no sabes si a la gente le gusta, pero a mí me llena que la gente pase, vea las piezas y me diga que le gusta y me felicita. Eso es lindo.
A punto de completar su trilogía de animales/mates, y a modo de confidencia, Nicanor nos tira la pista de lo que posiblemente será su próximo desafío: “Tengo ganas de hacer algo con el nido de hornero, lo campero me gusta mucha”.
El tero se llevó todas las miradas y le valieron varias felicitaciones. No podía ser de otra manera ya que es una pieza increíble, al igual que la mulita y la futura lechuza. Si bien son mates adornados, en general son piezas de exhibición o de adorno. Pero cuando el brasilero lo vió se puso tan contento que le metió yerba y se fue tomando mate por la exposición. Estaba feliz.