Juan Ignacio Charaf, de veterinaria “Fortín Oeste”, es parte del equipo que se encarga de cuidar la salud de los animales de la Rural de Palermo. Como es estar al servicio de las estrellas de la muestra.
Por Juan Manuel Jara
Ya es un clásico que, llegadas las vacaciones de invierno, en Buenos Aires abre sus puertas la Exposición Rural de Palermo. El campo en la ciudad, como suele promocionarse. Ríos de gente, apretujamientos, y lo que sea por recorrer la muestra y los pabellones, en especial, donde haya animales. Las verdaderas estrellas de la Expo. Y como tales hay que cuidarlas. Durante quince días están fuera de sus ámbitos diarios y muchos de esos animales lo padecen.La aclimatación a veces trae consecuencias en su salud. O también pasan cuestiones naturales como un parto. Bueno, para atender a las estrellas y cuidarlas como se merecen está la Guardia Veterinaria de la muestra. Años atrás, este servicio se brindaba con un par de veterinarios y alumnos de la Facultad que oficiaban de practicantes, pero ya hace bastante que se profesionalizó debido al aumento y complejidades de los casos.
Se recibió en el 2010 y desde ese mismo año Juan Ignacio Charaf es parte del equipo de la Guardia Veterinaria que atiende en la Rural de Palermo. Instalado en 9 de Julio desde el 2012 cuando junto a su socio, Germán “El Vasco” Luberriaga, compraron la emblemática veterinaria “Fortín Oeste” en la esquina de Corrientes y San Martin.
Los días se le hacen largos porque el servicio es permanente, especialmente las rondas nocturnas. Incluso son los primeros en llegar y recién se van una vez que el último animal haya dicho adiós a la muestra. “Nosotros estamos desde que ingresa el primer animal hasta que se va el último. Es un servicio que brinda la Rural a los expositores para atender cualquier cuestión que surja”, cuenta Charaf en un parate, breve, de la jornada. La Guardia esta sponsoreada por BiogenesisBagó, que colabora con varias cuestiones que ayudan a la tarea.
SEMANARIO EXTRA: ¿Cómo viene el trabajo este año?
JUAN IGNACIO CHARAF: El trabajo este año está movidito. Por suerte no hubo casos complejos, pero van saliendo. Son casi cien los casos que llevamos atendiendo.
SE: ¿Qué tipo de trastornos son los más comunes?
JICH: Sobretodo los digestivos, alguna enfermedad respiratoria, pero este año con el frío no hay tantos casos, por ahora.
SE: ¿Cuánto le lleva a un animal adaptarse a las condiciones en Palermo?
JICH: Depende de cada cabaña la adaptación. Las que hacen muchos años que vienen no presentan grandes complicaciones, y las nuevas siempre tienen alguna cosita que se les escapa. Pero desde hace cinco años que venimos realizando acá en la Rural una charla para cabañeros y a su vez nosotros tenemos un manual de buenas prácticas con recomendaciones para el manejo de la sanidad en la previa a Palermo. Esto está dando resultado y por eso tenemos menos animales afectados.
SE:¿Cómo está conformado el equipo de la Guardia Veterinaria?
JICH: Somos cinco veterinarios, tres de los cuales están desde hace mas de 30 años, yo hace nueve y Facundo Romero desde hace 5 años. Nosotros dos hacemos las guardias nocturnas y hay días que le metemos 20 horas de trabajo.
SE: ¿Cómo son esas noches?
JICH: Las cabañasgrandes con más animales tienen serenos que están a cargo de los animales y son los que acuden a nosotros cuando ven uno con alguna afección. Si durante el día nosotros vemos un animal que está un poco complicado, hacemos una recorrida a la noche con el foco en ellos. Pero después depende de qué caso se presenta.
SE: ¿Entre ustedes hay especialistas? Por ejemplo ¿algunos atienden bovinos y otros aves?
JICH: No, no hay diferencia. Todos atendemos a cualquier especie. Por presencia, atendemos más bovinos. Y trabajamos en conjunto con algunos veterinarios que vienen con las cabañas. Si se les complica alguna cuestión nos consultan. Por ejemplo, hasta ahora hubo tres nacimientos pero atendimos solo a uno. Los otros dos, uno fue un parto natural y el otro lo atendió el cabañero.
SE: ¿Hay algún tipo de control especial para los animales que ingresan a la muestra?
JICH: SENASA controla a cada uno de los animales que ingresa. Hay ciertas medidas de control como en cualquier otro ambiente, pero en Palermo al ser un ámbito especial, se está preparado para las eventualidades que puedan surgir.
SE: ¿Cuáles son los casos más difíciles?
JICH: Normalmente los partos son las situaciones másdramáticas, por el peligro en el que están ambas vidas. Tambiénalgunos trastornos digestivos o neumonías importantes. Esos son los casosmás complicados.
SE: ¿Cómo es el trato cuando el enfermo es, por ejemplo, un toro de seis cifras?
JICH: Atendemos atodos por igual, pero si, la presión es extra a la hora de atender animales o toros con valores cercanos a los 600 mil pesos. Son presiones que uno se las pone pero si,esa presión está.
SE: ¿En la guardia tienen algún tipo de laboratorio instalado para eventuales análisis?
JICH:Si hace falta algún análisis complementario acudimos al laboratorio de SENASA. Nosotros nos basamos en lo clínico, en la semiología y en el diagnóstico, si hay algo más complejo recurrimos a SENASA.
Contento por esta edición de la Rural, Charaf disfruta de este trabajo que desde hace 9 años viene realizando. No hay feriados ni descansos durante los veinte días de labores intensas y jornadas extensas, porque son las dos semanas que dura la muestra más un par de días antes y otro tanto una vez que cierra sus puertas, hasta que el último ejemplar se despide de Palermo. Días cansadores, sin duda, pero una experiencia más que interesante.