Por Cecilia Lastiri
Si hablamos de los países más extensos del mundo, Rusia se destaca claramente.
La Federación rusa siempre fue sinónimo de inmensidad. No sólo por su extensión territorial sino también por su poder económico y su ideología social en el mundo. Moscú es más que la capital rusa, es el auténtico reflejo del dominio ruso. Como un enorme libro de historia del arte, la arquitectura de Moscú permite leer cada etapa histórica de la ciudad.El nombre de la ciudad procede del río que la atraviesa denominado Moscova (Moskvá; en ruso antiguo: градМосков, literalmente la ciudad del río Moskvá), pero no se sabe bien el significado del rio.
En agosto, Extramuros Viajes te lleva a la capital rusa y en esta nota te contamos 5 razones por las cuales tienes que venir con nosotros.
- Conocer la Plaza Roja: En realidad el nombre de la plaza viene de la palabra красная que en ruso antiguo significaba tanto “bonita” como “roja”. Pero eso quedó como una anécdota, ya que hoy la plaza se conoce como famosa, inmensa y llena de visitas obligatorias y objetos increíbles distribuidos en un gran espacio de 300 metros de largo y 70 metros de ancho que durante la historia se ha utilizado para albergar mercados, coronar zares o realizar desfiles, y hoy en día es el escenario del mayor desfile militar en Rusia que se celebra cada 9 de mayo.
- Entrar al el Kremlin: uno de los conjuntos artísticos más impresionantes del mundo. Rodeado por 2 kilómetros de muralla con 20 preciosas torres (que se pueden recorrer a través de un paseo paralelo al río y el jardín Alesksandrovskiy) aquí hacían las funciones de foso del Kremlin. Este «pueblo» dentro de la ciudad se ubica en una colina de 40 metros de altura. Esta impresionante ciudadela recuperó su importancia con la revolución de 1917 al instalarse el Gobierno Soviético en sus hermosos palacios.
3. Ir de compras al Izmailovo, situado cerca de la estación de metro de Partizanskayam, en donde hay cientos de colecciones antiguas de accesorios, sombreros, muebles o relojes antiguos, junto a curiosidades de la época comunista, artesanía, pintura y, por supuesto, las típicas matrioskas. - Escuchar la opera y la danza clasica en el Teatro Bolshói: Si te gusta la danza clásica, no hay sitio mejor para disfrutarlo que este teatro centenario. En la cuna de los mejores intérpretes de todos los tiempos programan piezas deliciosas tales como Cascanueces de Chaikovski. Los amantes de la ópera tambien se enamoran de este histórico escenario donde se escucha Turandot y Tosca, de Puccini o La Traviata y Nabucco de Verdi.
- Admirar las Reliquias de los ‘soviet’: Recorrer Mausoleo de Lenin y conocer la trayectoria de los líderes de la antigua KGB a través de los bustos de Stalin, estatuas de Lenin y la figura del zar Pedro I El Grande.
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