Uno de los entrenamientos más sano y efectivo, es el cardiovascular, es de los que mayores beneficios aportan a la salud, aunque el rendimiento deportivo depende de la FUERZA muscular y la capacidad de absorción de máxima de oxígeno, has de saber que puedes influir sobre ambos factores con un trabajo cardiovascular bien elaborado. El entrenamiento aeróbico o cardiovascular influye, principalmente, en la eficiencia del corazón y el sistema circulatorio. El latido no es controlable a voluntad porque el musculo cardiaco es automático, sin embargo se puede influir en su cadencia.
El corazón nos da la vida, y cuanto más preparado esté, más podremos exigirle. Trabaja igual que otro músculo, pero funciona sin descanso toda la vida. De la misma forma que tus músculos puedan debilitarse por poco uso, el músculo cardíaco también puede sufrir atrofias si solo se usa para actividades cotidianas que no lo sobrecarguen. Por eso es necesario someterlo a un programa específico de entrenamiento, que es lo que consigue el trabajo cardiovascular.
¿Qué le pasa al corazón cuando hacemos ejercicio? Del reposo al ejercicio hay una serie de cambios para adaptarnos a la nueva situación. La actividad física produce en el corazón, por la secreción de diversas hormonas, varios efectos, principalmente el aumento de la frecuencia cardíaca y el aumento de la cantidad de sangre expulsada por cada latido. A su vez el corazón demanda más sangre para poder cubrir este sobreesfuerzo, con lo que experimenta una dilatación de sus propios vasos sanguíneos, los del sistema coronario. Si el esfuerzo es intensoempieza a limitarse la circulación por zonas en las que no es estrictamente necesaria tanta cantidad de sangre, como los riñones, hígado, sistema digestivo…Por eso se puede cortar la digestión con un esfuerzo elevado después de comer.
El latido lo dividimos en sístole y diástole. La sístole, es la contracción, el momento en que la sangre es expulsada del corazón, y la diástole la relajación, cuando la sangre entra a llenarlo de nuevo para prepararlo para una nueva contracción. Por eso la importancia de tener un corazón entrenado y preparado para un esfuerzo.
La masa del corazón aumenta en proporción directa a la cantidad de estímulos, entrenamiento que se realice, pero hay que tener en cuenta que la incidencia del esfuerzo sobre el volumen del corazón no será la misma si se realizan trabajos de FUERZA, que si estos son AEROBICOS.
Trabajos anaeróbicos: como la musculación, o esfuerzos cortos e intensos, se consigue aumentar el grosor de las paredes de la parte izquierda del corazón, ventrículo izquierdo.
En los esfuerzos aeróbicos: por el contrario aumenta más el volumen de la cavidad cardiaca que el grosor.
Las ventajas del entrenamiento:
Mayor VO2 máximo. (Es la max. Cantidad de oxígeno que nuestro organismo es capaz de consumir. Cuanto mayor sea esta cifra mayor será nuestra capacidad de desarrollar esfuerzos intensos. Es un indicativo de rendimiento.)
Menor frecuencia cardíaca máxima y la de reposo.Mayor cantidad de sangre bombeada por cada latido del corazón, por eso puede bajar la frecuencia cardiaca.
Menor porcentaje de grasa corporal.
Menor presión sanguínea.
Mayor cantidad de colesterol bueno, HDL.
Un metabolismo de la glucosa más eficiente.
Más eficacia en el transporte y la utilización del oxígeno.
Se mejora la capacidad orgánica para quemar grasa.
A medida que se mejora la condición cardiovascular, las pulsaciones disminuyen. Trabajando más tranquilo, relajado, y eficiente.
Siempre antes de dar comienzo a cualquier tipo de actividad física es recomendable visitar al médico y realizar los estudios correspondientes.