Para cubrir la demanda nacional de sangre, bastaría con que cerca de 1 millón de argentinos donara dos veces al año. Resulta fundamental la donación voluntaria, altruista y periódica porque no hay sustituto a la sangre. En 2017, la mayor proporción de donantes fue de personas entre 20 y 40 años; de ellos, el 57% fueron hombres y el 43% mujeres.
*Asesoró la Dra. Susana Anhel de la Fundación Swiss Medical (MN 1454)
En urgencias, cirugías, trasplantes y tratamientos médicos complejos es necesario disponer de sangre segura. Para ello se vuelve indispensable la donación voluntaria y altruista: aquella que se hace por propia voluntad, sin intención de beneficiar a un paciente determinado y sin recibir nada a cambio.
El 80% de la población en algún momento de su vida necesitará una transfusión. Sin embargo, según datos del Ministerio de Salud, en la mayoría de las provincias de nuestro país son donantes frecuentes solamente entre el 35 y el 40% de las personas, a excepción de Jujuy, Misiones y el Hospital Garrahan donde el porcentaje se eleva al 100%.
Una persona puede donar sangre varias veces al año: los hombres cada cuatro meses y las mujeres cada tres. Esto es importante ya que el requerimiento a nivel nacional, en base a la población actual, se calcula entre 1.500.000 y 2.000.000 de unidades, cantidad que se podría cubrir con cerca de 1 millón de argentinos que donara dos veces al año.
El donante fidelizado está más informado y comprometido, lo que permite obtener componentes de mejor calidad y una transfusión segura. La sangre se almacena en bancos, los cuales funcionan como una red, desde donde se distribuyen a las distintas instituciones médicas según las necesidades del momento. El Ministerio de Salud de la Nación promueve la existencia de Bancos de Sangre Regionales que centralicen a los Servicios de Transfusión más pequeños para asegurar el acceso de sangre con garantía de calidad para todos los habitantes.
Cada unidad de sangre donada es aprovechada en su totalidad aunque la durabilidad de cada componente es diferente (el plasma fresco congelado dura 1 año, los glóbulos rojos 35 a 42 días y las plaquetas apenas 5 días). Esta situación exige la permanente renovación del stock de los bancos de sangre para garantizar en todo momento una cantidad apropiada de sangre segura.
En este contexto, la Fundación Swiss Medical presenta la campaña virtual “Compartí Algo Más” que incentiva a que sea “la sangre la que espera al paciente y no el paciente a la sangre”[1]. Es importante que haya donantes voluntarios ya que actualmente no se cuenta con la sangre suficiente para afrontar las cantidades requeridas y con tan sola una donación se puede salvar hasta tres vidas. Además,no existe un producto artificial que pueda reemplazarla.
La edad promedio del donante de sangre en el 2017 fue entre 20 y 40 años. De ellos, el 57% fueron hombres y el 43% mujeres. El perfil ideal es aquella persona con capacidad y competencia para decidir ser donante de sangre y lo hace con regularidad. Además, sabe que está saludable y está informado acerca de las medidas que debe tomar para mantenerse saludable y los requerimientos necesarios para donar.
Como país se debe lograr contar con el 100% de donantes altruistas y repetidos. Para ello es necesario cambiar la cultura de donación de reposición por la donación altruista y de repetición como parte de la responsabilidad social hacia la comunidad. Depender de la colaboración de donantes a familiares u otros pacientes genera una situación de estrés innecesario frente a una cirugía o internación.
Requisitos para ser donante:
· Ser mayor de edad.
· Pesar más de 50 kg.
· Mujeres no embarazadas.
· Gozar de buen estado de salud.
· No estar anémico.
· No haber tenido hepatitis después de los 10 años de edad.
· En caso de tomar medicación, consultar al médico.
Casos en los que NO se puede donar:
· Si se utilizó drogas de adicción por vía intravenosa o inhalatoria.
· Ser portador de SIDA, Hepatitis B o C, HTLV
· Ser epiléptico, en tratamiento
· Ejercer la prostitución.
· Tener evidencias clínicas de infección por HIV, Hepatitis B o C, HTVL, Chagas o Brucelosis.
Derribando mitos
1. Si dono sangre me voy a sentir mal. Sólo se extrae una unidad de sangre, que se remplaza en cuestión de horas, lo que no afectará a las actividades que realices en el día.
2. Mi grupo sanguíneo es muy común y no es necesario que done. Si tu grupo sanguíneo es frecuente también es muy común para la mayoría de la población, por lo tanto es la que más se necesita.
3. Corro riesgos de contagiarme alguna enfermedad. Las bolsas de extracción son estériles y el procedimiento se realiza bajo estrictas normas de asepsia. Podés donar en todos los Bancos de Sangre y en ninguno te contagiarás enfermedades.
4. Tengo bajo peso, no puedo donar. El mínimo de peso apto para donar es 50 kg.
5. Soy muy joven/viejo para donar. El intervalo de edades para la donación es muy amplio, se encuentra entre los 18 y los 65 años.
6. Este año ya doné, no puedo volver a hacerlo. Los hombres pueden donar hasta cuatro veces por año y las mujeres hasta tres veces por año.
7. Tengo tatuajes, no puedo donar. Si tenés tatuajes o alguna perforación en el cuerpo podés donar después de un año de habértelos hecho.
8. El proceso de extracción es doloroso. No es doloroso y además es rápido. La extracción se hace a través de una pequeña punción de la piel y con una aguja se llega a la vena. El procedimiento no difiere de una extracción común, solo que en lugar de jeringa, se recolecta en la bolsa.
9. La sangre se necesita sólo para emergencias, por eso me reservo por si alguien de mi familia lo necesita. Si alguien de tu familia necesita sangre con urgencia, tu donación llegará tarde. Necesitará contar con sangre lista y disponible ante una emergencia.
DONAR SANGRE ES DONAR VIDA.