La Unión Cívica Radical enfrenta desafíos nuevos para su historia. Negarlo es necedad, temerle al cambio o pretender permanecer a cualquier costo. El radicalismo tiene una estructura de funcionamiento del siglo XIX, dirigentes con formación del siglo XX y debemos enfrentar los desafíos que nos plantea el siglo XXI.
El debate es una herramienta fundamental para los radicales. Sin debate es más difícil el consenso. Pero debe ser un debate respetuoso, amplio, franco, democrático, en el que todos participemos.
Esa oportunidad la perdimos hace pocos días en el Comité de 9 de Julio. Concurrimos con dos intenciones; la primera de ellas solidarizarnos con nuestro Presidente Rodolfo Menéndez quien ha sido agraviado injustamente por determinados sectores internos que no entienden de formas democráticas y la segunda debatir ideas en el marco de la participación del radicalismo en el Frente Cambiemos.
Notorias ausencias lo impidieron. No pudo ser. De todas maneras continuamos dispuestos a escuchar y a que nos escuchen. Sin agravios, con honestidad intelectual, sin ocultamientos, con la verdad detrás de nuestras palabras y de nuestras acciones.
Pareciera que todavía debemos hablar, con claridad, de las responsabilidades que todos tuvimos durante los últimos años de la gestión del Dr Battistella, que nos llevaron a la derrota en las primarias de agosto de 2015.
El no escuchar, encerrarse y perder la calle, la soberbia de pensar que todo lo sabíamos hizo que muchos perdieran el rumbo. Nos olvidamos de todo lo que habíamos hecho con anterioridad para lograr el apoyo de los nuevejulienses, dejamos de hablar con los vecinos, unos se creyeron los dueños de verdades absolutas y se cometieron errores que hicieron perder el rumbo. Todo acompañado por la decisión de, literalmente, cerrar nuestro partido. Como si molestara. Fuimos todos responsables y hay que admitir los errores.
Cambiemos se constituyó como una coalición electoral porque lo fundamental era derrotar al populismo. No hablaron de otra cosa quienes ganaron en Gualeguaychú. Quien afirme lo contrario miente.
Es obvio que tenemos diferencias porque venimos de orígenes distintos pero esas diferencias se debaten en los lugares que corresponden y no es cierto que el radicalismo no sea escuchado. También lo es que nos gustaría una mayor participación. ¿A quién no?.
Algunos parecen haber comprado el relato Kirchnerista sin comprender que el desafío está en caminar hacia un futuro mejor. No hay posibilidades fuera de Cambiemos.
Quien pretenda eso tiene un solo camino: abandonar la Unión Cívica Radical.
Terminar con la soberbia, no sentirse imprescindible, abrirse y dar paso a nuevas generaciones respetando la experiencia. Sabemos que hay reuniones con los que en su momento no hicieron otra cosa que obstaculizar las políticas de nuestro gobierno municipal. Lo más granado del populismo kirchnerista. Sugerimos prudencia, hay decisiones de las que no se vuelve. Deben terminar con el doble y hasta con el triple discurso.
Respetar al afiliado radical, no pueden decirle hoy que hay que irse del radicalismo; mañana que quieren marcar diferencias utilizando cualquier metodología y ahora pretender que les crean cuando afirman que solo quieren ayudar, mientras hablan de un eje radical – peronista para terminar con la hegemonía de Cambiemos. Estas actitudes no tienen vuelta atrás.
Los ciclos están para ser cumplidos y no para tratar de repetir la historia, pues si se repite es que no habremos aprendido nada.
Los ciclos nuevos implican un nuevo comienzo, con nuevas personas, con ideas mejoradas, para transformar el presente y construir un mejor futuro.
Quienes no lo entiendan quedarán a contramano de la historia y sólo dejarán como ejemplo el egoísmo, el personalismo que, entre otras lacras, constituyen la base del populismo, que tanto mal ha hecho en este querido país.
Apertura Radical
9 de Julio