(Por Agustin Ponissi / Entrenador nacional de básquet / @agus.ponissi)
Llegó el día, el partido por el cual tanto trabajamos y tanto entrenamos.
Llegó esa final de la cual veníamos hablando, pensando, soñando por separado y todos juntos. Se hizo esperar, pero llegó.
Yo sé que es difícil, pero tratemos de hacer un poco de memoria. Cada uno para adentro acuérdense todo lo que pasaron este año para llegar a donde están. Todo lo que pasaron cada uno por separado y lo que pasamos todos como equipo.
El primer partido contra millonarios perdimos por 30 y dábamos pena como jugábamos, yo les gritaba como loco porque todavía no había aprendido un montón de cosas que ustedes (y los demás equipos del club) me enseñaron este año.
Vino la lesión de alfon, esas cosas feas que pasan pero que nos unieron como familia. En el medio metimos batacazo contra argentino y empezamos a mostrarle a todos que no éramos los mismos que antes.
Nos caímos con equipos como Mercedes y Sanlo, porque estábamos aprendiendo a conocernos a saber que queríamos, pero entendimos que nunca íbamos a dar pasos para atrás.
Arrancamos la segunda etapa ganándole al mismo que nos ganó por 30, demostrando que el 9 ya no era un lugar para cualquiera, que los pibes defendían su casa como nunca.
Jugamos el cruce del provincial, sumamos horas de entrenamiento y preparación física con el mejor preparador físico. Nos unimos como familia y terminamos una segunda mitad del año jugando y ganando los partidos que teníamos que ganar con un nivel altísimo.
Todo esto lo lograron ustedes.
Por todo lo que lograron y lo que trabajaron hoy están donde tienen que estar. Por todo lo que hicieron hoy tienen la oportunidad de darle a su club el primer campeonato.
El partido de hoy tiene una sola forma de terminar, son dos los resultados posibles pero una sola la forma en la que terminamos este partido. Podemos ganar o perder, pero el partido lo terminamos todos juntos, abrazados y con la frente en alto. Porque somos una familia y ganemos o no el partido lo terminamos todos juntos dejándolo todo por nuestra camiseta, por nuestra familia.
Esta vez no van a tener una charla previa, no voy a entrar a decirles lo que tienen que hacer o que tienen que sentir.
¿Saben por qué?
Porque a partir de hoy este espacio donde están ustedes es suyo y se lo ganaron. Dejaron de ser unos nenes de mamá y papá para pasar a ser una familia que va creciendo día a día. Acá es donde ustedes se deben cuidar, alentar, apoyar y sostener para seguir creciendo como personas y como jugadores. Los entrenadores pasamos de largo, los dirigentes se cansan y cambian, pero los pibes siempre quedan. Los jugadores que aman el club nunca se van, siempre vuelven.
Ustedes se ganaron ese espacio y con mucho valor y trabajo van a cuidarlo porque la familia es lo primero, lo más importante.
Se los dije durante toda la semana: “perder no es fracasar, perder es aprender”. Y ustedes así lo deben vivir, en el básquet como en la vida no se pierde o se gana, se aprende o no se aprende. Aprender de los errores nos pone siempre un paso más cerca de nuestro objetivo, de nuestra meta, de cumplir nuestro sueño. el sueño de ustedes hoy es terminar este partido y gritar dale campeón, demuestren que aprendieron durante todo este largo año y abracen ese sueño como nunca porque se lo merecen.
Salgan a la cancha a disfrutar, salgan a la cancha a demostrar que esta es nuestra casa, salgan a la cancha a lograr su objetivo y abrazarse a esa copa que tanto esperaron.
Sean caballeros con el equipo de en frente, acuérdense que cuando les pegan es porque no los pueden defender porque somos mejores que ellos, entonces nosotros tenemos que responderle con básquet.
Olvídense de los árbitros, jugamos 7 contra 5, siempre venimos desde atrás y nunca vamos a tener razón cuando un juez decide.
Alienten a su familia cuando les toque estar en el banco y a los que les toque entrar a la cancha devuelvan ese aliento dando el doble de esfuerzo y consiguiendo la victoria.
No tengan miedo, nadie después de este partido va a ser peor o mejor. No le tengan miedo a ganar, porque hoy nos toca estar arriba y mañana nos toca estar abajo y remarla.
No sientan presión, disfruten y confíen en ustedes mismos más que en nadie.
Sean felices dentro de la cancha, disfruten de jugar a este deporte hermoso porque solo así van a ser verdaderos campeones.
El partido dura 40 minutos, no quieran ganar en la primera jugada. El camino es largo y no se termina hasta que suena la chicharra. No se deja de defender y de meter la pelota en el aro hasta que el reloj grande marque cero. No se afloja hasta que la chicharra nos deje sordos del ruido. No se afloja, no se bajan los brazos hasta que no se termina. Tengan paciencia, son 40 minutos y son los 40 minutos más lindos de todos. Disfrutemos estos 40 minutos que son un montón de tiempo.
La historia la escriben los protagonistas y ustedes son los actores principales de esta historia. No la escribo yo, no la escribe mati, no la escribe el pela, no la escribe nadie más que ustedes, que la familia, el equipo.
Disfruten este momento, tomen el lápiz y la hoja que define las líneas de este club, esta carta empiezo con un “llegó el día”… el final lo deciden ustedes.
Los quiero mucho y estoy muy orgulloso de su trabajo y crecimiento. pase lo que pase hoy, yo no los voy a dejar solos.
Nunca dejen de sonreír,
Agus.