Dos canchas de fútbol 5 en un lugar de la ciudad donde no pueden estar. Una de ellas, es la piedra en el zapato de un concejal. ¿Conflicto de intereses? ¿Ingenuidad o avivada? En el año mundialista, se aplica el “siga, siga”.
(Por Juan Manuel Jara)
Era diciembre del año pasado y entre la asunción de los concejales elegidos, los preparativos navideños y las listas de regalos, el Ejecutivo mandó al Concejo Deliberante para tratar en la única extraordinaria el tema del (frustrado) terreno para el basural, la adhesión al proyecto de responsabilidad fiscal de la Provincia y un tercer proyecto que se coló entre los dos anteriores que era la modificación del status de la actual zona industrial. ¿El motivo? Para que puedan estar en regla dos canchas de futbol 5 que ya están en ese lugar de la ciudad. Una, la primera, está sobre Compairé, al lado de la empresa FeyFe. La otra, en la parte de atrás de la zona industrial, en la calle Laprida, un complejo más nuevo, de nombre “Roma”, cuyos dueños son, según se sabe, el hijo y el yerno del concejal de Cambiemos Horacio Baglietto.
Lo que se buscaba era modificar el artículo 4 de la ordenanza 3866/2000 con el siguiente texto “….como uso predominante y complementario, industrias en sus tres categorías, depósitos en sus tres grados de riesgo, talleres en sus tres tipos, comercios mayoristas con depósitos, comercios de materiales de construcción con depósitos y canchas de futbol 5 y anexos (entiéndase como anexo solo la venta al por menor de bebidas y comidas rápidas)….”.
Como era algo tan burdo y obvio, ese proyecto no pasó el corte. Incluso algunos concejales de la oposición que tienen amistad con Luciano Baglietto, uno de los emperadores de la Roma futbolística, le habrían prometido “hacer la gauchada” y levantar la manito, pero parece que llegado el momento recapacitaron y volvió al banco de suplentes a la espera de una nueva oportunidad. Y era demasiado hasta para ellos mismos. ¿Qué se esconde debajo de la alfombra de césped sintético?
Veamos. Esas canchas hoy están en infracción. Así de simple. Están en una zona en la cual no está permitido este tipo de emprendimientos. No tienen habilitación. ¿Están funcionando? Respuestas escuchadas, algunas en una misma conversación: “Mmmmmmm”….”ni”…”a veces”…”solo con amigos”…”el que quiere, paga” y….otro montón de cosas parecidas. De hecho, una de ellas tiene su fan page en Facebook, “Roma futbol 5”, con el número de un celular para reservas. Y vienen haciendo “pruebas de cancha” desde noviembre, según consta en su fan page. Puntillosos, sin dudas, no vaya a ser que la pelota no doble, se manche, o que no se pueda ir de menor a mayor mirando siempre el arco de enfrente. Pero lo concreto es que NO tienen habilitación. ¿Y que dice el referee? Roja directa y a las duchas. Y ni siquiera pidan el VAR. Así debería ser. Pero, ¿entonces? bueno, parece que se aplica el “siga, siga”.
La gran pregunta: ¿Cómo llegaron dos (no una, ¡¡sino dos!!) canchas de futbol 5 a una zona donde una ordenanza dice que ahí no pueden estar? Bienvenidos a la zona gris.
Todo comenzó en la gestión Battisttella. Así lo hacen saber Miguel Ángel Martinello y Agustín Bessone en la carta que le enviaron al director de Vivienda y Urbanismo, Osvaldo Fons, a mitad del 2017, y en la cual solicitan la “aprobación de la Localización” de su complejo de canchas de futbol 5 y cantina ubicadas en Avenida Compairé 2285. Allí, ellos explican que antes de firmar el contrato de locación se acercaron a la Municipalidad “para averiguar si no habría problemas para habilitarlas y en la oficina de habilitaciones nos derivaron para hablar con el Sr. Ariel Menéndez quien nos aseguró que se podían habilitar sin problemas, sin mencionar que había que aprobar la localización por escrito”. O sea todo de palabra. Y con eso solo se lanzaron a hacer toda la inversión. Algo ingenuo o temerario. Los Baglietto fueron detrás.
En esa nota, Martinello y Bessone también mencionan una reunión con el Intendente Barroso en la cual, si bien no les pudo solucionar el problema, si les indicó que “resistan y agoten todas las posibilidades para lograr la habilitación”.
Parece que algo más pesó porque a fin de año, la ordenanza de modificación llegó, medio “de canuto”, al recinto del HCD. Pero ya sabemos lo que pasó.
Como se ve, el reclamo y las presentaciones las hacen los dueños de la otra cancha, en ningún lugar aparecen los dueños de “Roma”, no se menciona el apellido Baglietto…buena estrategia. La pide uno pero llegado el caso, el beneficio es para ambos emprendimientos.
Un integrante de la familia del concejal radical que prefirió preservar su nombre, nos dijo que “reconocía que la cancha no estaba habilitada”. También, de una fuente muy confiable, sabemos de la insistencia de Luciano Baglietto sobre su padre para que logre esa modificación que les permita funcionar con motores a pleno. Algunos van mas allá y aventuran que el interés en lograr esa modificación, en referencia a las canchas del hijo de Baglietto, no sería tanto tener la habilitación para hacer rodar la pelota sino la posibilidad a futuro de alquilar el predio para fiestas sumada a la venta de bebidas. Ese es un negocio, perfectamente lícito, que, para funcionar correctamente, debe cumplir con una serie de requisitos. Claro, el tema es que no cumplen el más elemental de todos: la habilitación municipal y estar en la zona correspondiente. Y todos sabemos que la plata de las fiestas está en el alquiler del salón, la cantina y, especialmente, en la venta de bebidas. Esa misma fuente familiar aseguró que esa no era la idea.
Mas preguntas: ¿dónde estaban los controles municipales en la gestión anterior? Y para los de la actual, ¿no deberían estar clausuradas? ¿Pesó el apellido? Analicemos que la presencia de Baglietto en el bloque Cambiemos garantiza cierta cohesión. Llama la atención el interés por esta “concesión”. En su momento el Intendente Battisttella quiso hacer aprobar un excedente fiscal de un terreno en donde un familiar suyo estaba construyendo y fueron los mismos radicales los que lo tuvieron que convencer de que se estaba mandando al muere solo. Finalmente, el “Batti” recapacitó y su cuñado, que insistía fervientemente, se dió cuenta que no le hacía bien y desistió. En ese círculo íntimo participaba Horacio Baglietto. Ahora, una fuente muy cercana a las bancas del HCD, deslizó que le habían prometido al concejal que le aprobaban la modificación después de las elecciones. Obvio que a cambio de algo. Y el intento fue hecho. Por ahora no prosperó.
“Si están funcionando están en infracción”, dijo el concejal Paolo Barbieri, compañero de bancada de Baglietto, en una entrevista en el programa radial Un Plan Perfecto (Forty 106.9), y agregó que “la potestad del Municipio es inspeccionarla y si amerita, clausurarla”. ¿Lo harán?
Es obvio que el actual parque industrial necesita un cambio de zonificación por el crecimiento que viene mostrando ese sector de la ciudad. Es un desarrollo natural inevitable y está bien que el Municipio se interese por eso. Ese trámite lleva tiempo porque no solo debe pasar por el HCD sino que luego debe ser aprobado por Urbanismo de la Provincia. Todo muy bien. Pero las canchas, ambas, están ahí hoy, ahora, como si todo eso ya estuviese aprobado, sellado y ejecutado. Ingenuidad o viveza. Ustedes elijan. No se puede tapar el sol con las manos. Este caso se podría enmarcar dentro del conflicto de intereses tan de moda hoy en día, que ya está demostrado que no importa el color político, siempre está a mano. Las canchas tarde o temprano van a ser habilitadas y van a funcionar …oficialmente. Es ingenuo pensar lo contrario. No será hoy, pero lo estarán. Pero es otro ejemplo del “estamos como estamos, porque somos lo que somos”, frase que, no es ningún secreto, tomo prestada de un amigo.
Los políticos deberían tatuarse, y con dolor, la frase “Hay que ser y parecer”. Mañana alguien va a poner un feedlot en la plaza Belgrano. ¿Y la habilitación? ¡Vos metele después vemos!