(Por Lic. Gonzalo Merlo – GH Soluciones)
Aunque no lo creas, no saber qué estás haciendo puede ser una cualidad positiva cuando decides emprender por primera vez.
Hay miles de libros y discusiones que hablan de las características y habilidades necesarias para que un emprendedor se convierta en una persona exitosa. Lo que casi nunca es considerado en estos artículos son aquellas cualidades extrañas, diferentes y poco convencionales que están presentes en los dirigentes de las empresas más prósperas.
Hay cinco elementos básicos en estas características raras:
- El No saber
La experiencia y el conocimiento son importantes para dirigir un negocio, pero la ingenuidad puede ser tu mejor amigo cuando estás empezando.
Los emprendedores más exitosos jamás hubieran iniciado su camino de haber sabido cuán largo y difícil iba a ser el proceso. Construir una empresa requiere cierto nivel de ignorancia cuando se está arrancando.
Este elemento es exclusivo de los emprendedores primerizos y les da una especie de libertad mental que nunca se puede repetir. No pienses que “no saber” cómo manejar un negocio es un elemento negativo. Mejor, considera que es tu oportunidad de experimentar el proceso por primera vez.
Tomar riesgos calculados es esencial para lanzar una nueva empresa. Si pasas el tiempo imaginando el peor escenario posible, te expones a jamás lograr un progreso significativo por estar paralizado por el miedo.
- Empieza chico, pensá en grandes cosas
Saber que tu negocio está mejorando la vida de otros puede darte la motivación necesaria para alcanzar el éxito. No importa cuál sea el tamaño de tu base de clientes – 10 o 10 mil personas- dejar un impacto positivo a través de tus servicios impulsará la felicidad que obtienes de tu labor diaria.
Para muchos emprendedores, el momento en el que se dan cuenta que están cambiando el mundo – aunque sea en una muy pequeña escala- es un camino de ida.
No se trata de crear un negocio billonario, sino de cambiar la vida de las personas que entren en contacto con tu empresa.
- La incertidumbre es certeza
Todos nacimos con un nivel específico de tolerancia a la incertidumbre, pero es un “musculo” que se va haciendo más fuerte entre más lo usas. No importa cuál sea tu nivel de tolerancia actual, siempre puedes superar la ansiedad que la inseguridad te genera. Tu negocio depende de que seas capaz de hacerlo.
La incertidumbre puede emocionarte y hacerte saltar de la cama por las mañanas para ver qué es lo que va pasar en el día. Es lo que pone a las personas en movimiento y en la misma trayectoria de otros emprendedores que están haciendo cosas maravillosas. Esa falta de certeza es necesaria porque no siempre sabemos qué necesitamos hacer después, y eso está bien.
Si no saber con seguridad qué es lo que el futuro cercano te depara te congela, entonces no serás capaz de tomar los pasos necesarios para correr el riesgo de emprender. No siempre podemos saber qué es lo que va a suceder, pero debemos seguir dando pasos hacia lo desconocido para averiguarlo.
- El Error no es el fin
Vas a tener que cambiar la manera en que ves los errores si cada paso que das te manda a un abismo de dudas.
El éxito rara vez sucede en línea recta. Todos hemos tomado vueltas equivocadas o cometido errores, así que, cuando inevitablemente te vuelva a suceder, debes estar preparado para aceptarlo por completo, “sacudirte” el error y seguir avanzando.
Tomar posesión de todo lo que salga mal en tu negocio es esencial para el proceso de aprendizaje y crecimiento. Una vez que hayas aceptado tu responsabilidad en lo sucedido deberás evitar que se convierta en una declaración de tu valor. Sigue adelante con confianza, sabiendo que puedes y vas a hacerlo mejor la próxima vez porque ya has aprendido de tu experiencia.
- Trabaja duro por meses
Nada que valga la pena sucede de inmediato y esperar que el éxito suceda de la noche a la mañana puede evitar que cumplas tus metas. Esto ha sido la causa del fracaso de muchos “casi emprendedores” que pudieron haber transformado el mundo.
Miles de personas han caído en la falsa creencia de que alcanzarán el éxito de manera inmediata y cuando, evidentemente, no sucede así, se rinden y se ponen a hacer otra cosa. No es que el emprendedor sea fracasado, es sólo que debería pensar a más largo plazo.
Es necesario planear para el futuro y hacer una estrategia de trabajo que tenga objetivos por mes. Así, eliminas la tentación de rendirte ante el primer revés. Recuerda que entre más difícil sea el obstáculo a vencer, mayor es la satisfacción que obtendrás cuando lo superes.