Cada cigarrillo reduce la capacidad de transporte de oxígeno sanguíneo. Cuanto mayor es el número de cigarrillos y más prolongado es el tiempo de fumador, mayor será el daño de la salud. Además, genera compuestos en el organismo que dañan los tejidos y causan principalmente problemas cardiacos, circulatorios y diferentes tipos de cáncer.
La persona que fuma tiene mayor posibilidad de tener:
- Coágulos sanguíneos en las piernas, que pueden viajar a los pulmones o en el cerebro, provocando un ACV o (accidente cerebro vascular).
- Arteriopatía coronaria e infarto.
- Hipertensión arterial.
- Problemas circulatorios en las piernas.
- Problemas con las erecciones debido a la disminución del flujo sanguíneo al pene
- Cáncer (más probable en el pulmón, la boca, la laringe, la nariz y los senos paranasales, la garganta, el esófago, el estómago, la vejiga, el riñón, el páncreas, el cuello uterino, el colon y el recto)
- Cicatrización deficiente de una herida
- Problemas pulmonares como EPOC o asma difícil de controlar
- Problemas durante el embarazo, como bebés nacidos con bajo peso, parto prematuro, aborto espontáneo y labio leporino
- Daño a los espermatozoides, lo cual causa esterilidad
- Enfermedades de los dientes y las encías
Los bebés y los niños expuestos al humo indirecto del cigarrillo están en riesgo de:
- Ataques de Asma graves
- Infecciones de la boca, garganta, senos paranasales, oídos y pulmones
- Daño pulmonar (funcionamiento pulmonar deficiente)
- Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
Como cualquier adicción, dejar el tabaco es difícil, por lo que puede concurrir al centro de salud más cercano y un médico lo puede ayudar con terapia de reemplazo de nicotina o medicamentos para dejar de fumar.