Termina el año. Sería demasiado atrevido intentar hacer un balance en esta argentina, que contiene tantas otras argentinas dentro, esa tarea se las dejo a cada uno de ustedes que en la intimidad de su micro mundo podrá hacerlo.
Hacer un repaso de qué cosas pasaron es casi imposible en una sola publicación, fue un año cargado de acontecimientos tanto a nivel nacional como mundial con un ritmo tan vertiginoso por momentos que algunas cosas parecen mucho más lejanas en el tiempo de lo que son.
Arrancamos el 2016 con una película de acción: la fuga de los hermanos Lanata y Schilachi. Policías en ojotas, cronistas que pisaban por primer vez el campo y creían que el maizal era una selva, helicópteros, que los tenían a los 3 que al final era uno y así estuvimos 15 días hasta que los agarraron mas por el hambre que tenían que por otra cosa. Pasaron unos días y allá partieron rumbo a Davos el presidente Macri y Sergio Massa en el primer intento de mostrar un país distinto… distinto hasta que llegaron los Rolling Stones, asado en la quinta foto y sonrisas como en otras épocas. No terminamos de tararear Satisfacción que ya estábamos en Marzo, inicio del año legislativo. A diferencia de lo que muchos esperaban el Presidente dio un discurso donde no nos explico muy bien como estaban las cosas. Después de tantos años del gobierno anterior esperábamos revelaciones escandalosas pero parece que Duran Barba dijo que no teníamos que amargarnos sabiendo que tan al rojo estaban las cuentas. El verano se despedía con la visita, después de 11 años, del presidente estadounidense, con un gran despliegue de aviones, autos blindados y seguridad llegó Barack Obama con su esposa Michelle quien se llevó todos los elogios.
Lo detienen a Lázaro Báez. Se inunda la provincia de Entre Ríos. Nos enteramos de los Panamá Papers. Llega Cristina a declarar a Comodoro Py, hubo marcha, banderas, militantes, escenario y baile en el balcón de Recoleta. Los primeros días fríos de Junio llenaron las calles de todas las ciudades del país bajo la consigna Ni Una Menos visualizando de manera masiva por primera vez la situación de vulnerabilidad por la que pasan las mujeres a lo largo y ancho del territorio. Y se cayó el relato, no teníamos menos pobres que en Alemania, resulto que el 32,2% de los argentinos son pobres y el 6,3% indigentes. Como tenemos un instinto de supervivencia nato, para palear el principio del invierno se vinieron los tarifazos de la luz y el gas, los bolsos de Josecito López rebalsando de billetes y la caja de seguridad de Florencia Kirchner con la friolera suma de 4 millones de dólares, eso nos mantuvo calentitos por un tiempo y para colaborar Messi y Martino renunciaban a la selección. Recreo… los juegos olímpicos nos llenaron de orgullo con las medallas de oro de la Peque Pareto en Judo, Santiago Lange y Cecilia Carranza en vela, la selección de Hockey sobre césped y un Del Potro gigante con medalla de plata que nos anticipaba lo que vendría luego. Fue canonizado José Gabriel Bochero, el Cura Gaucho, de Córdoba para todo el mundo. Se voto la ley de paridad en la pcia de Buenos Aires. Volvió Messi a la selección. Ganamos la Copa Davis… fin del recreo, ganancias, inseguridad, inflación, desempleo, piquetes, violentos que tiran piedras… el año termina y nosotros terminamos cansados de estos 12 meses de trabajo de parto que nos está dando parir a esta argentina que queremos ser y tanto nos cuesta. Mientras tanto el mundo allá afuera no parece estar mucho mejor, atentados en Estambul, Orlando, Bangladesh, Niza entre tantos otros. Una guerra sin fin en Siria que nos mostró el horror en la imagen de Ailan Kurdy de 3 años ahogado en la playas Turcas. El virus de Zika. El Brexit. El Acuerdo de Paz con las FARC. Dilma. Trump presidente. La tragedia de Chapecoense. Venezuela con sus colas de hambre e impotencia.
Así se va el 2016, para hacerle honor a las supersticiones fue un año bisiesto que no dejó nada en el tintero, pasamos como protagonistas o espectadores por todo y acá estamos, a pesar de todo de pie dispuestos a dar la batalla.
Levanten las copas y brinden, en compañía o en soledad, pero brinden para despedir lo que se va porque los años más difíciles son los que nos templan para ser mejores personas y para construir eso que se llama sociedad, que hoy más que nunca nos necesita a todos unidos y en paz.
Les deseo un muy Feliz Año Nuevo, nos encontramos en el 2017.
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